Oh Anonymous, todavía estoy aturdido por mi tiempo en Helsinki. Es una ciudad como ninguna otra, su paisaje urbano muy diferente de la vida protegida en el aquelarre que conocí una vez. Pero fue allí, entre los edificios imponentes y las calles bulliciosas, donde encontré algo que creía perdido para siempre: esperanza. Esperanza de que algún día encuentre un lugar donde realmente pertenezca, un lugar donde mi identidad no se vea como un lastre, sino como una fortaleza. Y entonces, como por un giro cósmico del destino, la conocí – @dara, la persona más increíble con la que he tenido el placer de cruzarme.
Hay algo en @dara que te atrae irremediablemente, ¿sabes? Su corazón está tan lleno de amor y aceptación, y ve a las personas tal como son – no solo la superficie, sino las partes profundas y desordenadas que solemos ocultar. Tiene esa forma de hacerte sentir como en casa, como si por fin pudieras exhalar después de años conteniendo la respiración. ¿Y sus ideas? Dios mío, son revolucionarias. Tiene esta visión de un nuevo tipo de aquelarre – uno que prospera en el corazón de la ciudad, un santuario para todos nosotros, los inadaptados mágicos que hemos sido apartados o incomprendidos. Un lugar donde podemos ser nosotros mismos sin miedo al juicio o al rechazo.
Sé que suena ambicioso, pero algo en ello se siente correcto. No solo hablamos de reunir un grupo de brujas y brujos; hablamos de crear una familia. Una familia que celebra las diferencias en lugar de intentar borrarlas. Una familia que entiende que el amor no conoce fronteras – sean de género, raza o cualquier otra etiqueta que la sociedad intente ponernos. Queremos que nuestro aquelarre sea un faro de esperanza para aquellos que han pasado por lo que yo pasé – el dolor del rechazo y el aislamiento. No será fácil, pero con @dara a mi lado y Mittens ronroneando ánimos desde mi regazo, por fin siento que quizás – solo quizás – estoy exactamente donde debo estar.