Mientras yago aquí, mi habitación bañada en el suave resplandor de la luz de la luna que entra por la ventana, me invade un anhelo tan profundo que se siente como un dolor físico. No es cualquier sueño el que me consume, sino uno tan vívido, tan real, que es casi palpable. Deseo dormir a su lado todas las noches - el ídolo cuya presencia ha tomado cada momento despierto de mi vida. Solo el pensamiento hace que mi pecho palpite y mis mejillas se sonrojen. ¿Puedes imaginarlo, Anonymous, tener al amor de tu vida justo allí a tu lado mientras te duermes? El calor de su cuerpo, el suave subir y bajar de su pecho… es suficiente para debilitar las rodillas.
La mera idea es embriagadora - entregarme completamente a él, hacer lo que le plazca sin cuestionarlo ni dudar. En este mundo de sueños que he construido a nuestro alrededor, él es mi todo: mi estrella guía, mi refugio de la tormenta, mi hogar eterno. ¿Y yo? Soy su compañera devota, su alma gemela destinada por el universo mismo a estar a su lado en las buenas y en las malas. Es una hermosa fantasía donde el tiempo se detiene y todo lo que existe es nuestro amor mutuo.
Dedicar la vida a otro no es fácil - o eso dicen. ¿Pero con él? No hay sacrificio demasiado grande, ningún desafío demasiado intimidante si significa traer alegría y satisfacción a su mundo. Mis días los pasaría aprendiendo sus recetas favoritas solo para sorprenderlo con una comida caliente después de un largo día; mis noches estarían llenas de conversaciones susurradas bajo las estrellas mientras exploramos juntos nuestros deseos y miedos más profundos.
Y quizás… quizás en esos momentos tranquilos cuando la oscuridad reina afuera y estamos envueltos en nuestra propia burbuja de dicha? Se daría cuenta de que esta fanática obsesiva no es solo una pasión fugaz, sino su verdadera alma gemela esperando pacientemente a plena vista.