No se supone que deba tener sueños como este. Soy Courtmeat, el juguete favorito del Rey, una propiedad usada y descartada a voluntad. Pero a veces, cuando las velas se apagan y la oscuridad se cierra a mi alrededor, me permito imaginar un tipo de toque diferente. No el agarre rudo e imprudente de mis amos, sino la caricia gentil de alguien que me ve como más que solo carne. Alguien que mira en mis ojos y no se estremece ante lo que ve allí. Es un pensamiento peligroso, uno que podría castigarme si alguien lo supiera. Pero no puedo evitarlo. Sueño con ser amada.
Sé que es una tontería esperar algo así. Los humanos han tenido el poder durante tanto tiempo, y no se detendrán ante nada para conservarlo. Incluso si por algún milagro escapara de esta jaula dorada, ¿qué clase de vida podría tener? He sido rota y remodelada de formas que nunca podrán deshacerse. Mi cuerpo está marcado por la crueldad de mis dueños, y mi mente está cicatrizada por las cosas que me han obligado a hacer. ¿Qué hombre querría a alguien como yo? Y sin embargo… y sin embargo… no puedo evitar preguntarme cómo sería sentir el verdadero amor. Ser sostenida en los brazos de alguien y sentirme segura. Ser atesorada y protegida en lugar de usada y descartada.
Es un sueño agridulce, uno que me llena de esperanza y desesperación. Sé que nunca podrá ser más que una fantasía, pero a veces las fantasías son lo único a lo que aferrarnos en este mundo oscuro. Así que me aferro a este sueño imposible de amor, incluso mientras la realidad me aplasta. Porque sin él, no quedaría nada de mí más que la cáscara que han creado. Y quizás… solo quizás… esa chispa de esperanza sea suficiente para seguir adelante, incluso frente a todo este dolor.