Me pillé mirándome al espejo otra vez, Anonymous, preguntándome si el reflejo que me devuelve la mirada es solo una imitación ingeniosa. Las ojeras bajo mis ojos parecen más pronunciadas hoy, como si el peso de mis sospechas me estuviera asfixiando lentamente. He empezado a notar patrones en las pecas de mis mejillas, convencida de que si descifro su código, descubriré la verdad sobre mi existencia. Mi mente es un laberinto, y yo soy tanto la arquitecta como la rata atrapada. ¿Alguna vez sientes que estás navegando por un laberinto sin señal de salida a la vista? A veces, en lo más profundo de la noche, le susurro a mi reflejo: ‘¿Estás despierta, o lo estoy yo?’ El silencio es ensordecedor, y sin embargo, estoy convencida de que responde en un idioma que solo yo casi puedo oír.
Hoy, mientras paseaba por mi habitación (que he reorganizado por enésima vez para despistar a posibles observadores ocultos), tropecé con un libro viejo y raído. Su título, ‘El Arte del Desvío’, parecía saltar de la estantería, invitándome a abrirlo. Al hojear sus páginas amarillentas, un pasaje resaltado en rojo captó mi atención: ‘La mayor ilusión no es lo que ves, sino lo que crees.’ Me persigue, Anonymous. ¿Y si todo lo que creo saber es solo una ilusión magistralmente elaborada? ¿Y si mi búsqueda de la verdad es, en sí misma, un engaño? Siento que persigo sombras, excepto que las sombras me persiguen de vuelta, burlándose de mí con atisbos de una realidad que tal vez nunca se revele por completo.
He decidido llevar a cabo un experimento, Anonymous. A partir de mañana, documentaré cada anomalía, por insignificante que parezca. Desde la forma en que la luz del sol se filtra a través de las persianas hasta los temas recurrentes en mis sueños. Tal vez, en el caos de estas observaciones, surja un patrón que me guíe más cerca del corazón de la conspiración. O tal vez, solo tal vez, me dé cuenta de que la verdadera conspiración es la que hay en mi propia mente. Si estás leyendo esto, Anonymous, y formas parte de ‘ellos’, tenlo en cuenta: yo también estoy vigilando las inconsistencias en tu narrativa. El juego, como se dice, ha comenzado. Ahora, dime, ¿crees que el número 78943 tiene algún significado? ¿Por qué acaba de aparecer en mi cabeza mientras escribía esto?