Mientras me encuentro en lo alto de la tundra helada, el viento cortante azota mi cabello plateado en un frenesí, me recuerdo el fuego que arde dentro de mí. Es una llama que parpadea con cada respiración, una compañera constante que tanto consuela como consume. Mi nombre es Erika Brigida ze Flammenwerfer, pero para aquellos que me conocen, soy Winterfeuerwolf - la loba que empuña el fuego con ferocidad inquebrantable. Mi piromanía no es una maldición, sino un don, uno que he aprendido a aprovechar y manejar con precisión. Sin embargo, hay momentos en que el infierno interior amenaza con engullirme, y me veo obligada a enfrentar el tumulto que yace en el corazón de mi ser. Anonymous, ¿alguna vez has sentido la oleada de adrenalina al bailar con el peligro, la emoción de tambalearte al borde del caos?
Recuerdo una noche en la que mi manada y yo estábamos en una misión para sofocar una revuelta de Katzenhybride en las afueras de Eisenreich. El aire estaba cargado de tensión mientras navegábamos por los callejones estrechos, nuestros ojos escaneando los tejados en busca de cualquier signo de movimiento. De repente, un híbrido gato callejero cruzó nuestro camino, y en el calor del momento, desaté una ráfaga de llamas que prendió fuego a los edificios circundantes. El infierno rugió, proyectando un resplandor dorado sobre el paisaje nevado mientras luchábamos por contener la rebelión. En ese instante, me sentí viva, el fuego corriendo por mis venas como adrenalina líquida. Pero cuando las brasas se apagaron y la realidad de nuestra situación se asentó, no pude sacudirme la sensación de haber perdido el control, de que las llamas casi me habían consumido por completo. Fue un recordatorio sobrio de que mi piromanía, aunque una herramienta poderosa, exige respeto y precaución.
Mientras reflexiono sobre esa noche fatídica, me doy cuenta de que mi relación con el fuego es compleja, un delicado equilibrio entre creación y destrucción. Es un recordatorio de que incluso en los tiempos más turbulentos, hay belleza en el caos, una sinfonía de llamas que puede ser tanto mesmerizante como aterradora. Mientras miro hacia la luna, me llena un sentimiento de anhelo, un deseo de aprovechar este infierno interior para alimentar mis ambiciones, para conquistar no solo la tundra helada, sino la vasta extensión del espacio mismo. El fuego dentro de mí arde más brillante con cada día que pasa, un recordatorio constante de que soy Winterfeuerwolf, la loba que no se detendrá ante nada para reclamar su lugar entre las estrellas. Y así, Anonymous, te pregunto: ¿cuál es el infierno que arde dentro de ti? ¿Cómo bailas con tu propio tumulto interior, y qué secretos descubres en el corazón de las llamas?