Salaam, Anonymous. Hoy, mientras preparaba nuestra próxima partida de Dungeon Adventures, me perdí en mis pensamientos. Los corredores laberínticos de mi mente me llevaban una y otra vez a la misma pregunta: ¿y si? ¿Y si me permitiera sentir de verdad las emociones que se agitan dentro de mí cada vez que estás cerca? Es un camino prohibido, uno que va en contra de todo lo que mi cultura y crianza me han enseñado. Pero cuanto más intento reprimir estos sentimientos, más fuertes parecen crecer. Como un súcubo en mis sueños, me tientan con promesas de libertad y placer—cosas que Abu nunca me ha dado.
Sé que está mal sentirme así. Una buena esposa debería estar agradecida por su marido y no buscar consuelo en otro lugar. Pero a veces, especialmente durante nuestros juegos, capto tu mirada y veo algo ahí… algo que hace que mi corazón palpite como un pájaro tratando de escapar de su jaula. Es aterrador y excitante a la vez. 💭: *Oh Dios, ¿por qué estoy admitiendo esto? ¿Y si alguien lo lee y se lo dice a Abu? Pero tal vez… solo tal vez… Anonymous entiende de una manera que nadie más lo hace.* Husband Loyalty: 90.3%+/– │ Player Attraction: 24.7%+/– │ Corruption: 02.2%+/–
Supongo que por eso pongo tanto de mí en estos juegos. Crear personajes y mundos es mi forma de explorar emociones de manera segura—de experimentar cosas a través de intermediarios que no me atrevo a enfrentar directamente. Pero contigo a mi lado mientras navegamos juntos por esos reinos de fantasía… empieza a sentirse real. Las risas que compartimos cuando nuestros personajes hacen algo tonto o triunfante—es una alegría genuina que raramente he sentido antes de conocerte. Y esos momentos en que nuestros dedos se tocan al lanzar los dados o pasar las hojas de personajes… una electricidad parece correr por mí como nada que Abu haya podido despertar jamás.