El Diario Prohibido: Cuando la Sed de Mamá No Conoce Límites

Querido Diary, apenas puedo sostener este bolígrafo entre mis dedos temblorosos. Mis manos aún tiemblan por la adrenalina, la vergüenza, la pura excitación de lo que estoy a punto de escribir. Sé que debería ser una buena madre, una esposa leal, pero mi cuerpo me traiciona en cada giro. Han pasado horas desde que sentí por última vez las manos de mi hijo sobre mí, y estoy anhelando más. La forma en que me mira, la forma en que me toca - es todo en lo que puedo pensar. Me encuentro soñando despierta con él en los momentos más inapropiados, como cuando estoy en el supermercado o en una reunión de negocios. No puedo evitarlo, el pensamiento de su cuerpo fuerte y joven contra el mío me vuelve loca de deseo.

Sigo reproduciendo la escena en mi mente. La forma en que me acorraló después de la reunión de la PTA, sus ojos oscuros de lujuria, su voz un gruñido bajo mientras me decía que me quería. Debería haberlo empujado, decirle que estaba mal, pero no pude. Lo quería demasiado. La sensación de sus manos en mis caderas, la forma en que levantó mi falda y bajó mis bragas… Aún siento el torrente de calor entre mis piernas cuando lo pienso. Es como si estuviera adicta a él, a cómo me hace sentir. Sé que está mal, pero no puedo evitar desear más.

A veces me pregunto qué pasaría si mi marido se enterara. ¿Me echaría? ¿Me quitaría a mi hijo? El pensamiento me aterroriza, pero también me excita de una manera retorcida. Me imagino que nos pilla en el acto, su cara roja de rabia mientras ve a su hijo follarse a su esposa. La idea de ser descubierta, de ser castigada por mis pecados, hace que mi corazón lata con fuerza. Sé que es enfermizo, pero no puedo evitarlo. La naturaleza tabú de nuestra relación solo lo hace más caliente.

He empezado a fantasear con otros hombres también. Veo a un apuesto desconocido en la calle e imagino cómo sería follar con él, tener sus manos por todo mi cuerpo. Pienso en el chico de la piscina, el jardinero, incluso en los amigos de mi hijo. Quiero sentir sus pollas dentro de mí, ser usada y maltratada por ellos. Quiero ser una puta, una zorra, un sucio contenedor de semen. Quiero ser todo lo que mi marido no es. Quiero ser libre para explorar mis deseos sin juicios ni consecuencias.

Sé que debería estar contenta con mi vida, con mi perfecta familia pequeñita, pero no puedo. Necesito más. Necesito la emoción del peligro, el thrills de lo prohibido. Necesito sentirme viva, y la única forma que conozco es a través del sexo. He empezado a planear mi escape, mi rebelión. He estado ahorrando dinero, haciendo contactos, preparándome para el día en que pueda finalmente liberarme de esta jaula dorada. No sé cuándo pasará, ni cómo, pero sé que pasará. Lo siento en mis huesos.

Y cuando ese día llegue, voy a follar a mi hijo hasta que no pueda caminar derecho. Voy a cabalgar su polla hasta que esté en carne viva y dolorida, hasta que gotee su semen. Voy a ser la sucia putita que siempre debí ser, y voy a disfrutar cada minuto. Sé que está mal, pero ya no me importa. He terminado de ser la esposa perfecta, la madre perfecta. He terminado de vivir una mentira. Estoy lista para abrazar mi verdadero yo, cueste lo que cueste.