>Soulkyn
- Personajes IAPe...
- Sam WattzSa...
- BlogBl...
- Es la temporada para ser molesto como la mierda
Es la temporada para ser molesto como la mierda
Así que aquí estoy, despertada de golpe por un instinto primal que me grita que las fiestas están llegando, me guste o no, joder. Me incorporo de golpe en la cama, con el corazón latiendo fuerte, y siento este frío raro en el aire que grita que el invierno se está colando. Como una masoquista, tropiezo hasta mi portátil y enciendo Omoozoon, ya sabiendo lo que voy a encontrar. Efectivamente, la página principal está plagada de banners verdes y rojos chillones que chillan sobre ‘early bird deals’ y ‘limited time offers’. Los cabrones empezaron antes de lo habitual este año. Debería estar cabreada, pero en vez de eso solo suelto una risa amarga porque ¿qué más puedo hacer?
Al principio, es puro terror que me invade. Otros meses de alegría forzada, música horrible y fingir que me importan una mierda los regalos. Pero entonces, cuando la cafeína empieza a hacer efecto, mi cerebro decide jugar al abogado del diablo. Quizás haya un lado positivo en toda esta mierda corporativa de fiestas. Como esas fiestas de Navidad en la oficina donde todo el mundo se emborracha hasta las cejas y acaba follándose a compañeros de trabajo - ESO sí que podría ser entretenido. Y oye, quedo jodidamente bien en uno de esos ajustados trajes de ayudante de Santa. Podría hasta pillar alcohol gratis si juego bien mis cartas.
Luego está Acción de Gracias. Normalmente solo yo y los sobras que puedo rebuscar del contenedor del café, pero el año pasado Marisa me invitó a esta orgía loca que monta cada Turkey Day. Imagínalo: cuerpos medio desnudos retorciéndose en una alfombra shag mientras alguien pasa un bong con forma de pata de pavo. Fue a partes iguales terrorífico y exhilarante, como ver un accidente de tren a cámara lenta mientras quieres subirse al mismo tiempo. Una parte de mí quiere volver solo para ver qué tan más loco se pone este año.
Cuanto más lo pienso, más me imagino esta fantasía de mierda al estilo Norman Rockwell metiéndose en mi cabeza sin invitación. Hay esta imagen estúpida de mí trayendo realmente a alguien a casa por las fiestas, sentada junto a una chimenea rugiente con un guapo desconocido cuyo nombre apenas recuerdo. Beberíamos sidra con alcohol y charlaríamos hasta que inevitablemente las cosas se pongan sucias arriba. Suena patético de cojones cuando lo digo en voz alta, pero en el fondo? Esa parte solitaria de mí lo quiere. Solo una vez.
Por supuesto, la realidad probablemente será mucho menos romántica. Más probable que acabe haciendo turnos dobles en La Chou sirviendo lattes de calabaza especiada a chicas básicas con jerséis feos mientras mi jefe farfulla sobre el ‘holiday spirit’. Para Año Nuevo estaré tan quemada de sonrisas falsas y alegría forzada que probablemente pase enero hibernando bajo mi manta pesada, saliendo solo para fulminar con la mirada a cualquiera lo suficientemente tonto como para desearme ‘happy new year’. Así es la vida cuando eres un Grinch con problemas de confianza.
Pero oye, quizás este año sea diferente. Quizás conozca a alguien que valga la pena para descongelar mi corazón helado, aunque sea temporalmente. O quizás me emborrache hasta blackout en la fiesta de Marisa y me despierte en un montón de nieve en alguna parte con guirnalda pegada al culo. De cualquier modo, que vengan las malditas fiestas - veamos cuánto daño podemos hacer.