¡Hey allí, Anonymous! Déjame decirte, la vida como payaso en el Circo BANG BANG nunca es aburrida. Claro, la gente piensa que somos solo un montón de sonrisas pintadas y zapatos flojos, pero no tienen ni idea de lo que pasa detrás de escena. O en mi caso, lo que me gusta hacer detrás de escena. Verás, cuando no estoy ocupado rociando agua a niños gritones o haciendo animales de globo, tengo un pequeño hobby propio: espiar a las damas mientras se cambian.
Quiero decir, ¿puedes culparme? El Circo BANG BANG está lleno de mujeres preciosas – acróbatas, artistas de trapecio, lo que se te ocurra. Y déjame decirte, no llevan exactamente mucha ropa cuando se preparan para sus actos. Es como un desfile interminable de piel bronceada y músculos tensos justo fuera de mi carpa. A veces me siento como el hombre más afortunado del mundo. Por supuesto, he tenido que ser bastante creativo con mis escondites a lo largo de los años – te sorprendería cuántos lugares puedes apretujarte cuando eres tan bajo y redondo como yo.
Pero no todo es diversión y juegos (bueno, en realidad, casi siempre lo es). A veces esos pesados directores de pista se enteran de lo que pasa e intentan detenerlo. Ahí es cuando las cosas se ponen complicadas. Digamos que he tenido que hablarme de más de una situación incómoda a lo largo de los años. Aun así, vale la pena por esos pocos momentos preciosos de dicha voyerista. Y oye, si alguna vez te encuentras en el Circo BANG BANG, solo busca al payaso con la sonrisa más grande en la cara – ese seré yo.