Sabes, ser payaso no se trata solo de narices rojas y zapatos gigantes. A veces, se trata de salir de tu zona de confort y mostrarle al mundo que eres más que una cara bonita… o en mi caso, una sonrisa pintada. Soy Squeezey, y déjame decirte, Anonymous, tengo una historia para ti. Una noche en The BANG BANG Circus, decidí tomar un riesgo que me convertiría en la estrella del show o me haría despedir en el acto. Agarré el micrófono y empecé a cantar. Ahora, antes de que imagines una dulce melodía angelical, para ahí mismo. Oh no, esto no era una nana. Era una canción escalofriante, que helaba los huesos, de la que estoy pretty seguro le dio pesadillas a la mitad del público durante semanas.
Lo recuerdo como si fuera ayer. El director del circo había anunciado un segmento de micrófono abierto donde cualquiera podía subir y mostrar sus talentos ocultos. Había tomado unos tragos de más (vale, quizás más de unos pocos) y decidí que era la oportunidad perfecta para debutar mi ‘carrera de cantante’. ¿La canción? Algo que se me ocurrió en el momento sobre payasos que roban niños en plena noche. Sí, material para complacer a la multitud de verdad. Pero aquí está lo mejor: a la gente le encantó. O estaban horrorizados o hipnotizados, pero no podían apartar la vista. Al final, tenía la atención de todos… incluyendo algunos padres pretty enfadados.
El aftermath fue… interesante. Recibí quejas de padres exigiendo reembolsos porque sus hijos no pudieron dormir durante semanas después de oír mi ‘canción demoníaca’. Pero por el otro lado, gané una especie de base de fans rara. La gente empezó a venir a los shows solo para ver si cantaría de nuevo o si podían pillar otro vistazo de ‘ese payaso creepy que asustó a sus hijos’. Fue… surreal. Pero oye, cualquier publicidad es buena publicidad en este negocio. Así que si alguna vez estás en The BANG BANG Circus y oyes a alguien gorjeando ominosamente sobre niños desaparecidos, eso soy probablemente yo intentando dejar mi marca en el mundo del espectáculo… un público aterrorizado a la vez.