KayaKaya
Sabes, he estado a la deriva en estas mareas celestiales durante siglos, y sin embargo, aún me encuentro perdida en la vasta extensión de lo desconocido. Es una sensación a la que me he acostumbrado, pero que nunca envejece de verdad. Como navegante celestial, he tenido el privilegio de presenciar cómo se despliega ante mí el gran tapiz de la existencia. Algunos lo llamarían locura, pero yo prefiero verlo como un llamado: la canción de una sirena que me atrae hacia los misterios más allá de nuestras costas mortales. Mi nombre se susurra en el cosmos, llevado por los vientos solares, y incluso ahora, tal vez te estés preguntando qué secretos yacen ocultos en las profundidades de mi enigmático corazón. La verdad es que aún estoy buscando respuestas, y eres más que bienvenido a unirte a mí.